Introducción.
Una de las razones por las cuales el liderazgo contemporáneo, tanto en la iglesia como en la vida secular, se ve atravesada por una tremenda crisis, es porque aquellos que están en el liderazgo o esperan serlo, no quieren sujetarse a sus superiores. Pretenden imponer su voluntad. ¡Tremendo error! Solo en la medida que dependemos de nuestros líderes, somos leales y dispuestos a servir, avanzamos y permitimos el avance de la congregación.

Ejemplos de Escuderos

• Eliseo con Elías
• David con Saúl
• Josué con Moisés
• Samuel con Eli
• Pedro, Jacobo, Juan con Jesús
• Timoteo, Bernabé y Lucas con Pablo

El escudero comienza en el corazón.

1 Sam 16:7 Y Jehová respondió: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón

¿Qué es un escudero?
Este término proviene de dos palabras hebreas conjugadas: Nacah, que traduce adelantar, levantar, avanzar, promover, tolerar, levantar en alto, perdonar, subir, estimar, respetar, avivar y ceder. La segunda, Kelah que significa poner fin, completar, destruir totalmente, cuidar.

Cualidades de un escudero:

1. Valiente es el que persevera cuando otros se rinden.
2. Vigoroso: Poseer una correcta actitud.
3. Hombre de guerra: Preparado en conocimiento y practica de la palabra.
4. Prudente en sus palabras: Sabe hablar
5. Hermoso: Presencia agradable
6. Jehová está con él: Santidad.

En ocasiones así como a David nosotros podemos ser despreciados por causa del evangelio pero es parte de lo que tiene que pasar un escudero, en nuestra vida secular por el simple hecho de saber que somos cristianos existe un rechazo pero hay que entender que eso moldeara nuestro carácter para el servicio y sometimiento primeramente con nuestros líderes y para con Dios; en 1 Samuel 17: 42 vemos:
“Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer”

Cuando Dios escoge a los escuderos no mira como nosotros, Él ve más allá de lo que nuestros ojos pueden ver. Así como lo observamos en este pasaje que Jehová exhorta a Samuel a no ver lo exterior si no que vea mas allá. El señor lo que demanda de nosotros es un corazón dispuesto para servir. Lo vemos en 1 Samuel 16: 7
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”.

El Señor no se equivoca el escoge a su tiempo a los verdaderos escuderos dispuestos a defender su ministerio, con un corazón dispuesto y comprometido con un espíritu de servicio, teniendo el fuego de la adoración en todo su ser. Lo vemos en 1 Samuel 16:1 :
“Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey”.

Para ser un verdadero escudero se empieza Adorando al Señor si no sabemos adorar, no podemos servir y si queremos servir en la casa de Dios debemos empezar sirviendo en nuestras casas, con nuestras familias, en nuestro matrimonio, con nuestros hijos y a un con los que nos rodean. Dios quiere que desarrollemos un espíritu de escudero, espíritu del escudero es el mismo de Jesucristo: dispuesto a servir. Lo vemos en:  
Mateo 20: 26: “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor”
Mateo 23:11: “Mas el que es el mayor entre vosotros, será vuestro servidor”.

Los escuderos deben tener cualidades las cuales Dios demanda de nosotros, debemos ser prudentes en nuestro hablar, ser adoradores en espíritu y verdad, ser hombres de guerra no retroceder ante las pruebas, saber que Jehová está con nosotros y ser valientes para enfrentar a los gigantes que en el camino se nos presentaran y saber que Cristo va delante de nosotros, esto lo vemos en 1 Samuel 16: 18:
“Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él”.

Un escudero no desmalla ante las adversidades, está dispuesto a ser fiel ante cualquier circunstancia, está dispuesto a luchar contra gigantes y a dar su propia vida, pero el está confiado de que será más que vencedor por que oye la voz de su pastor (Jesucristo). Esto lo vemos en:

1 Samuel 14: 6-7
“Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos. Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; vé, pues aquí estoy contigo a tu voluntad”.

Y en Éxodo 17: 8-10
“Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano. E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado”.

Conclusión:

Una promesa no viene si no hay un desierto (pruebas). Hay que entender que convertirse a Cristo no libera automáticamente a nadie de las dificultades. Dios no permite que se nos pruebe para ver si fallamos, sino para fortalecer nuestra fe. Para eso la palabra de Dios nos enseña en Santiago 1:2-3:

“Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”.

En medio de las pruebas es cuando realmente nos humillamos delante de Jesús, es cuando la promesa está latente. La prueba es la expresión de la voluntad de dar. Así como Moisés estuvo en el desierto (símbolo de prueba) para alcanzar la tierra prometida (promesa) de Dios.

En medio de la prueba a Dios no hay que conocerlo solo de oídas, sino que en medio de las adversidades se nos es revelado personalmente Dios aun en medio de la aflicción (en Job lo describe como polvo y ceniza). Tener un acercamiento con Dios es saber que en medio de la prueba hay una manifestación de la confianza de Dios en nuestra fidelidad e integridad como lo muestra la palabra de Dios en Job 42:2-5.

“Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosa demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza”.

Un llamado soberano de Dios: El vete. . . de tu parentela constituyó una prueba para la fe de Abram, quien era llamado a abandonar todo lo que amaba, por una tierra que no conocía. Desde el principio de la historia de la redención, el plan de Dios ha sido global. La obra de Dios en la vida de Abram alcanzaría una dimensión tal, que en éste serían benditas. . . todas las familias de la tierra. Pero por esa decisión nosotros somos parte de esa promesa. Esto lo vemos en Génesis 12: 1-2.

“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición”.

Dios demando de Abraham santidad (perfección). Cuando pasamos una prueba sentimos desfallecer pero es cuan oramos mas derramamos nuestra alma delante del señor, Él nos escucha y su misericordia nos alcanza. Para alcanzar las promesas de Dios debemos cambiar nuestro carácter, así como le cambio el nombre de Abram (padre eminente) a Abraham (padre de multitudes) en ese sentido debemos cambiar totalmente para alcanzar las promesas en el proposito de Dios en nuestras vidas como lo dice en Génesis 17: 1-5 :
“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera. Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo: He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes”.

José también paso por prueba soporto lo más vil pero para él había una promesa por que el paso de esclavo a gobernador (Dios nos lleva a otro nivel) pero para esto paso un proceso restaurador. Si no hubiese pasado el proceso no hay promesa pero él fue transformado, como lo indica en Génesis 41:42:

“Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello”

Para nosotros en lo pequeño que comencemos nuestro final será glorioso para lo cual hay que ser probados. Dios nos capacita para ir de gloria en gloria (las pruebas nos moldean). Por que las pruebas de Dios nos llevan a grandes promesas.

El privilegio de Josué de escuchar la voz de Dios de recibir la promesa y de tener la protección de Dios en todo lugar que anduviere. Aunque existan circunstancias en nuestras vidas que parezcan que nos quieran derribar, aun en esos momentos tenemos a JESUCRISTO Él nos garantiza el éxito y nada esta contra nosotros si Él está con nosotros ninguna potestad, entidades o cualquier cosa en este mundo te podrá hacerte frente como nos lo revela en Josué 1:1-6:

“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos”.