"de la enseñanza… de la imposición de manos" (He.6:2(parte) LBLA)

Desde el principio Dios para bendecir al hombre ha establecido puntos de contacto: el huerto (Ge.2:8), los altares (Ge.8:20-Noé, Ge.12:8-Abram), el tabernáculo (Ex.29:42), el templo (1º.Ry.8:11,29), la boca de los profetas (Deut.18:18), los pañitos ungidos (Hch.19:12), etc. Él mismo provee los medios para que disfrutemos de Su bendición. La Imposición de manos es uno de esos medios.

DESARROLLO

I.- LA IMPOSICIÓN DE MANOS

Imponer (las manos), viene del griego Epithesis, que significa poner sobre. (También está la palabra Epitithemi=añadir, poner sobre). (De Epi=sobre, y Tithemi=poner, colocar). Tithemi, significa poner algo pero no para que cumpla una función. De lo anterior entendemos que la imposición de manos es "poner sobre" (las manos) con un objetivo: añadir algo: sea sanar, bendecir, delegar, enviar, etc. En otras palabras es permitirle al Señor usar nuestras manos como un medio de bendición.

Recordemos que cuando Moisés alzaba sus manos Israel prevalecía en la guerra (Ex.17:11-13). Esto nos enseña que la imposición de manos es una manifestación que Dios quiere dar de su poder en el mundo espiritual ya que lo físico es reflejo de ello (Ro.1:20).

IMPORTANTE: Al imponer las manos es necesario la fe de quien ministra y de quien es ministrado (Hch.14:9).

 

II.- ¿QUIÉN IMPONE MANOS?

Nadie puede dar lo que no tiene (Hch.3:6), por lo que veremos algunos aspectos a observar en la imposición de manos.

a) El que es Enviado por Jesús

La Escritura nos enseña que Ananías fue enviado a Pablo para que impusiera sus manos sobre él y de esa manera recobrara la vista (Hch.9:17). Jesús nos ha enviado como el Padre lo envió (Jn.20:21) o sea que tenemos la delegación del Hijo para una obra definida (Ro.10:15a): bendecir a otros (Ge.22:17a).

b) El Verdadero Ministro de Dios (Hch.6:5-6)

El Ministro cuando impone sus manos ministra con autoridad sobre la vida del pueblo. El Ministro verdadero tiene autoridad que proviene de Dios (Ef.4:11) por lo que tiene la facultad para ayudar a la Iglesia (Ef.4:12).

c) Los que Creen la Palabra de Dios (Mr.16:17-18)

Al que cree le seguirán las señales del poder de Dios al imponer las manos (Jn.11:40) porque obra en fe (He.11:33-37; Ro.10:17). El que cree y pone por obra la Palabra a Dios agrada (He.11:6).

 

III.- ¿CÓMO IMPONER MANOS? (Hch.9:10-18)

a) Limpiándonos (Ex.30:18-19)

Los sacerdotes en el tabernáculo antes de entrar al Lugar Santo se lavaban en el lavacro de bronce que contenía agua, figura en primer lugar de la Palabra (Jn.15:3). Entendemos que estamos en un proceso de limpieza (Apc.22:11), por lo que limpiarnos es mantener una actitud de limpieza de las contaminaciones que nos acechan a cada paso (He.12:1), las cuales venceremos confiando en Dios (Fil.1:6).

a.1) Sin Ira ni Contienda (1ª.Ti.2:8)

Si sólo levantar las manos tiene poder, cuanto más la imposición de ellas, por lo que debemos ser cuidadosos de ponernos a cuentas con quien corresponda (Ro.12:18).

a.2) Con fe (He.11:6)

La duda contamina, por lo que debemos mantenernos en comunión y sin temor porque no es el espíritu que Dios nos ha dado sino el de poder (2ª.Ti.1:7).

a.3) Anhelando ser Libres de Ataduras (Jue.16:21,26-30)

Sansón fue elegido para hacer la obra de Dios, pero mientras estuvo atado no la pudo realizar. Al recordar la misericordia y el poder de Dios vino su victoria. De la misma manera no veamos los problemas sino la victoria de Dios en nuestra vida (Col.1:11-13), dejándonos guiar por el Espíritu Santo (el niño) hasta la raíz del problema que tengamos (columnas del palacio) para que sea echado fuera de nuestra vida (destrucción del palacio).

a.4) Sin Debilidad (Neh.6:9)

Aunque el enemigo venga como río en contra nuestra (Apc.12:15) Dios nos librará (Sal.66:12), por lo que debemos nutrirnos con Su Palabra (He.5:12) y cubrirnos como Él desea (1ª.Pd.5:6) para ser sanados (Mr.3:1,3) y ser fortalecidos en su fuerza (Ef.6:10).

b) Guiados por el Espíritu Santo (Hch.13:2-3)

Este pasaje declara que fue el Espíritu Santo quien indicó a quién y para qué se debían imponer manos. Nosotros sin embargo no debemos caer en un falso misticismo, ya que no es Dios el que va a mover nuestras manos sino nosotros (Ex.17:11-12) por su guianza (Jn.16:13), por lo que es necesario el ejercicio de los sentidos espirituales para no errar (He.5:14).

c) Sin Ligereza (1ª.Ti.5:22)

Como vimos habla de la dirección de Dios, no por nuestro deseo, ni por nuestra motivación o sentimientos, los cuales se encuentran en nuestra alma, porque podríamos imponer manos precipitadamente, interfiriendo con los tratos personales de Dios como en el caso de Timoteo que Pablo mismo le recomienda un poco de vino para su salud –no le impone manos o lo indica así- (1ª.Ti.5:23), y para no exponernos a contaminaciones, ya que es un punto de contacto.

 

IV.- ¿PARA QUÉ ES LA IMPOSICIÓN DE MANOS?

Recordemos que Dios no tiene moldes, y hace como quiere. Sin embargo, veamos algunas de las bendiciones que se imparten en la imposición de manos.

a) Para Ministrar el Bautismo en el Espíritu Santo (Hch.8:14-17)

Samaria había recibido la Palabra y los hermanos se habían bautizado, lo cual denota que estaban comprometidos con el Señor, por ello les enviaron coberturas los cuales oraron e impusieron las manos sobre ellos para que fueran bendecidos con una dimensión nueva en sus vidas a través del bautismo en el Espíritu Santo (Hch.19:2).

b) Para la Sanidad de los Enfermos (Mr.16:18b)

Si oramos e imponemos manos con la guianza del Espíritu Santo, creyendo, el Señor obrará lo que ha dispuesto para esa vida en ese momento en especial: sea la sanidad del alma o la del cuerpo. Somos un vehículo: no damos de nosotros sino de la autoridad de Dios delegada en nosotros.

c) Para Delegar Autoridad

La delegación de autoridad la vemos claramente en el Antiguo Testamento cuando Moisés impone manos sobre Josué para darle su dignidad; además lo hace ante el pueblo como evidencia de su delegación (Nm.27:18-20). Cuando Saulo y Bernabé fueron enviados les impusieron las manos (Hch.13:2-3). Eso mismo le recuerda Pablo a Timoteo para que no flaquee en la fe y la obra (1ª.Ti.4:14).

Toda cobertura puede delegar autoridad (Jn.20:21), la cual el enemigo ve y respeta (Hch.19:15), por lo que nos toca reconocerla también (Ro.13:1) para ser bendecidos.

d) Para Ministrar Dones Espirituales (2ª.Ti.1:6)

Significa que los dones espirituales pueden ser impartidos por imposición de manos; es el Espíritu Santo quien los otorga (1ª.Co.12:11), pero se vale también de este contacto. Recordemos que el que posee un don de Dios no lo puede manejar a voluntad, sino que es un vaso que Dios usa nada más, pero lo usa. Pablo conocía qué le había dado el Señor y para qué se lo había dado, por eso hacía una ministración certera de ello (Ro.1:11).

e) Para Bendecir (Lv.9:22a)

El Ministro (y sus delegaciones) es una autoridad delegada de Dios por lo que debemos aprovechar todo lo bueno que trae esa delegación. La Palabra nos muestra que habían muchas señales hechas por manos de los Apóstoles las cuales bendecían al pueblo de Dios (Hch.5:12). El Señor Jesucristo nos dio ejemplo (Mr.10:16). Nosotros también podemos aprovechar esta oportunidad de bendecir y ser bendecidos.

1. CONCLUSIÓN

Dios es la fuente de toda bendición (Stg.1:17), y como sus pensamientos son de bien para nosotros continuamente (Jer.29:11), nos provee de los medios para obtener esa bendición. Nadie puede manejar a voluntad el poder de Dios a través de la imposición de manos (Hch.8:20) por lo que debemos estar atentos a Su voz para no frustrarnos y entender que Dios tiene Sus planes para cada uno, pero aún así desea usarnos (Is.6:8) con el fin de que bendigamos (Ge.48:13,20) dando de gracia lo que de gracia recibimos (Mt.10:8) y alcancemos aquello (galardón) para lo cual fuimos alcanzados (2ª.Tes.2:14).